El drifting o drift es un estilo de conducción de vehículos que consiste en «sobrevirar», es decir, derrapar de manera que el vehículo forme un ángulo con la dirección de movimiento. 

Como deporte de motor, se convirtió en una disciplina propia a fines de la década de los 90, con pilotos especialmente entrenados, con automóviles preparados para mantener derrapes controlados a altas velocidades y campeonatos en los que no se compite por tiempo sino por estilo. La mayoría de coches de drift suelen ser de tracción trasera, pero también pueden ser de tracción integral a las cuatro ruedas. 

Cualquier moto vale, sólo hay que alargar el basculante, acortar el desarrollo y ponerse a quemar rueda como locos. Pero, ¿y si empezamos a hacer carreras con estas motos? Lo habíamos visto en coches, pero no con motos, o al menos no así. 

El resultado es algo bastante poco efectivo desde el punto de vista técnico pero muy espectacular. Motos de gran cilindrada, deportivas, naked... Cualquier moto con la que puedas ir de lado batiéndose el cobre con otras en un circuito pequeño y muy estrecho. Mucha adrenalina, diversión y goma quemada: Superbike drift.